1.
Conoce su guion de sufrimiento y acepta que ha estado adicta a los sentimientos
de malestar.
2.
Se dispone a cambiar y decreta la ausencia de sufrimiento.
3.
Permanece en el propósito y confía.
4.
Asume la responsabilidad de su bienestar.
5.
Reconoce y realiza sus potencialidades y su capacidad creadora.
6.
Se da permiso de sentir y manifestar miedo – seguridad, ira – amor, tristeza –
alegría.
7.
Se perdona a sí mismo y perdona a los demás, empezando por sus padres.
8.
Mueve, siente y piensa las cinco riquezas básicas: salud, conocimiento,
felicidad, libertad y belleza...
9.
Se abre a dar y recibir amor y caricias, se protege a las descalificaciones.
10.
Renuncia a ponerse víctima, perseguidor o salvador.
11.
Agradece al universo y a su creador las bendiciones recibidas.
12.
Vive y disfruta el aquí y el ahora, espera el futuro con optimismo.
13.
Hace de la alegría, la fe y la confianza sus compañías permanentes.
14.
Piensa por sí misma y usa sus propios conocimientos sin temor.
15.
Establece contacto con otros, intima, ama y se deja amar.
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